EUROPA
PRESS
6 mayo
2021
Contra
la pérdida de memoria, dieta mediterránea
Seguir una dieta mediterránea rica en
pescado, verduras y aceite de oliva podría proteger el cerebro de la
acumulación de proteínas y del encogimiento que puede provocar la enfermedad de
Alzheimer, según una investigación que se publica en el número online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de
Neurología.
La dieta mediterránea incluye un alto consumo de verduras,
legumbres, frutas, cereales, pescado y ácidos grasos monoinsaturados, como el
aceite de oliva, y un bajo consumo de ácidos grasos saturados, productos
lácteos y carne.
"Nuestro estudio sugiere que una dieta rica en grasas
insaturadas, pescado, frutas y verduras, y baja en productos lácteos y carne roja,
puede proteger el cerebro de la acumulación de proteínas que puede conducir a
la pérdida de memoria y la demencia, señala el autor del estudio, Tommaso Ballarini, del Centro Alemán de Enfermedades
Neurodegenerativas (DZNE). Estos resultados se suman al conjunto de pruebas que
demuestran que lo que se come puede influir en las habilidades de memoria más
adelante".
El estudio analizó a 512 personas. De ellas, 169 eran
cognitivamente normales, mientras que 343 fueron identificadas como de mayor
riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores analizaron el grado de seguimiento de la
dieta mediterránea en función de sus respuestas a un cuestionario en el que se
les preguntaba cuánto habían comido de 148 alimentos durante el mes anterior.
Las personas que a menudo comían alimentos saludables típicos de la dieta mediterránea,
como pescado, verduras y fruta, y que sólo ocasionalmente comían alimentos no
típicos de la dieta mediterránea, como la carne roja, recibieron las
puntuaciones más altas, para una puntuación máxima de nueve.
Las habilidades cognitivas se evaluaron con un amplio
conjunto de pruebas para la progresión de la enfermedad de Alzheimer que
analizaban cinco funciones diferentes, como el lenguaje, la memoria y la
función ejecutiva. A todos los participantes se les hicieron escáneres
cerebrales para determinar su volumen cerebral. Además, se analizó el líquido
cefalorraquídeo de 226 en busca de biomarcadores de proteínas amiloides y tau.
A continuación, los investigadores analizaron el grado de
seguimiento de la dieta mediterránea y su relación con el volumen cerebral, los
biomarcadores tau y amiloide y las habilidades cognitivas.
Tras ajustar factores como la edad, el sexo y la educación,
los investigadores descubrieron que, en la zona del cerebro más relacionada con
la enfermedad de Alzheimer, cada punto menos que las personas obtenían en la
escala de la dieta mediterránea equivalía a casi un año de envejecimiento
cerebral.
Al analizar el amiloide y la tau en el líquido cefalorraquídeo
de las personas, las que no seguían la dieta al pie de la letra tenían niveles
más altos de biomarcadores de patología amiloide y tau que las que sí lo
hacían.
A la hora de realizar una prueba de memoria, las personas
que no siguieron la dieta al pie de la letra obtuvieron peores resultados que
las que sí lo hicieron. "Se necesitan más investigaciones para demostrar
el mecanismo por el que una dieta mediterránea protege al cerebro de la
acumulación de proteínas y de la pérdida de funciones cerebrales, pero los
resultados sugieren que las personas pueden reducir su riesgo de desarrollar
Alzheimer incorporando más elementos de la dieta mediterránea a su alimentación
diaria", apunta Ballarini.